El nuevo mercado central se convierte un punto de referencia en la ciudad. Una dominante que se puede apreciar desde diferentes perspectivas. Con su característica cubierta y fachadas es el nuevo símbolo de Bujumbura.

Se propone un volumen simple pero original, funcional y sostenible. Los cerramientos de los patios se convierten en la cubierta. Las fachadas ligeras y transparentes cierran el mercado de los cuatro lados. Todo el mercado está elevado por encima de planta de Parking.

El movimiento de aire en un tornado fue la inspiración para el diseño de la cubierta. Debajo se proyecta un espacio diáfano del mercado, perforado por patios que permiten la entrada de luz natural y la circulación de aire en el interior. Alrededor de los patios se crean las plazas de  mercado donde se concentra la vida social.

Cada plaza se abre a las distintas secciones del mercado: alimentos, textiles, productos químicos. A partir de estos puntos se organiza la distribución y la circulación de mercado, que a la vez se basa en líneas que son una continuación de las calles y de los edificios. Esto convierte el proyecto en una extensión del barrio.

El mercado está siempre lleno de colores y olores. Se propone de utilizar esta característica en el diseño de las fachadas en forma de irregulares lamas verticales. Este diseño invita a todos a entrar, refleja la función del edificio y avisa de lo que vamos a encontrar dentro: una explosión de colores. También permite penetración de la luz natural y la circulación de aire en el interior.

La plaza de acceso en forma de la rampa se convierte en un punto de encuentro, de descanso y de diversión de los más pequeños. La rampa invita a la gente y la lleva hasta el acceso de mercado permitiendo a los visitantes interactuar con la arquitectura y observarla de diferentes.